123 Empresas de Auxilio en Carretera tiran la Toalla en 2023.
La crisis tarifaria ha llevado así mismo al cierre o reducción de empresas de auxilio en carretera.
En contraste con el alza en las disoluciones, la creación de empresas en España se redujo un 2,1%, en 2022 respecto al año anterior, hasta sumar un total de 99.067 empresas, frente a las más de 101.000 que se crearon en 2021.
España batió récords en 2022, con 26.207 disoluciones de empresas.
La empresa de asistencia en Carretera ya arrastraban un desgaste en España debido a las limitaciones económicas del sector del auxilio en Carretera. Las tarifas con las compañías y los Rappels
hacen que estas empresas tengan que trabajar cuatro veces más, para ya no ganar dinero, si no conformarse con mantener lo que con tanto esfuerzo, día y noche, los 365 días del año, estas familias consiguieron. Comenzaron. con una grúa de arrastre en los años 70, 80 o ya plataformas auto deslizantes en los años 90 alentados por las grandes multinacionales para seguir creciendo. Hoy son las empresas las que exigen a las compañías, que revisen esas tarifas para poder realizar un servicio de calidad y sin peligrosidad ante una Seguridad Vial y laboral algo más exigente.
Está afectando a la seguridad vial, ya que en las empresas de Asistencia no se encuentran operarios y si los encuentras, las formaciones son de un coste elevado. A ello, se le incrementa la subida del gasoil y la competencia desleal, que bajan constantemente los precios por tal de acaparar, una de las decisiones que incrementan los tiempos de espera a la grúa. Ya que, cuando llamas a la plataforma de asistencia y estas mandan a un proveedor con base ficticia, aumenta la distancia al punto de recogida, a la misma vez que el tiempo de espera.
Todo esto es algo que se va mordiendo la cola, desde hace años. En diciembre de 1984 comenzaron mis padres al Auxilio en Carretera. Mi padre era chapista en un taller y de ahí comenzaron su andadura. Mi padre junto a mi madre se bajaba por las noches para empapelar, lijar y pintar los coches para su entrega. Pagaban la letra de la grúa como buenamente podían. Su primer servicio fue llevar un coche a Milán, no tenían ni para comer, llevaban el dinero justo para gasoil y menos mal que allí el italiano les regaló un Panettone, porque al llegar cobraron un cheque. Dos días y medio a base de Panettone desde Milán a casa.
Poco a poco, fueron haciendo cartera de clientes debido a su constancia, dia y noche, imaginaros de lunes a lunes sin parar, con dos hijos a los que criar. Y sin anestesia, ni psicólogos, ni descanso, pero eran felices y tenían fe por construir algo y dejar un legado. Por ello sacrificaron su vida.
Después vivimos en un piso de alquiler y recuerdo siempre a mi pobre madre desde la ventana vigilando los coches dormían en la calle. ya que no tenían donde encerrarlos. comenzaron con una mano detrás y otra delante, día y noche sin descanso. Todo esto, para que mi padre entre servicio y servicio de grúa, pudiera descansar algo.
P: ¿Cómo podía resistir tantas horas?
R: Antes todo era en familia, todo iba a un mismo saco y arrimábamos el hombro todos. Cada uno dentro de sus posibilidades, pero el que no cogía el teléfono, limpiaba, o ayudaba o… era capaz de ahorrar algo porque todas la familia estaba unida. Por ello, pudimos construir una nave con una vivienda arriba.
Hoy día con las normas actuales, nos están haciendo más independientes y eso a la larga no está siendo bueno.
P: ¿Tú has llevado alguna vez alguna grúa?
R: La primera vez, fue porque estábamos tan apurados que no podíamos dejar a un cliente en la calle tirado. Ahora de ver los tiempos de espera de algunas empresas, me duele el alma. Ni a mear nos parábamos, y a comer ni te cuento.
Desde pequeña lo llevaba en la sangre. Nosotros somos dos hermanos. Mi hermano que optó por otro camino y yo, que me encanta este mundo, me quede para apoyar a mis padres.
P: Cuéntanos algo de ese primer servicio de grúa, si puedes.
R: Yo estaba siempre con los teléfonos ayudando, pero he tenido la inmensa suerte que me apasionaba este mundo. Desde bien chiquitita, yo no quería hacer otra cosa que no fuera coger una grúa.Me saqué el C1 a los 18 años.
En mi primer servicio me temblaba el alma, vamos yo creo que mis pestañas eran más rápidas que la intermitencia de la grúa. Era un todo terreno y era la primera vez que me enfrentaba a esa tesitura. Pero cuando llevas el verdadero significado de Auxilio en Carretera, lo primero es el cliente y luego todo lo demás. Lo llevé a Pozuelo de Alarcón, mi cabeza era un ¿se me caerá o no? y el cliente conmigo encima de la grúa. Yo haciendo como que estaba muy segura de mí misma. Tardé la vida en hacerlo, pero lo hice.
P:¿Qué es lo que menos te ha gustado en este trabajo?
R: Antes eran las compañías las que te buscaban, incluso te suplicaban que les trabajaras que por favor te necesitaban y cuando venían a visitarte te alentaban para seguir. Creo que por ello tantas familias en España han sacrificado su vida a cambio de nada. Hoy día, esas mismas compañías te cambian como si se tratara de una colección de sello de cromos.
Hasta que nuestro gobierno no nos vea como servicio de emergencia y no nos encasillen en un epígrafe de transportes, que no tienen nada que ver con nosotros, seguirán cerrando muchas empresas. Los clientes tendrán que esperar cada vez más tiempo en las carretera para ser atendidos hasta que existan unas tarifas coherentes al servicio que prestan las empresas de emergencias, es decir, las grúas. Porque a día de hoy, ya existen esperas de dos y cuatro horas por falta de personal.
Y más en los sitios de sierra, que tardas para hacer dos kilómetros horas. En fin. Este sector está muy solicitado y es súper esencial, pero está menospreciado.
P: ¿Todas las compañías son iguales?
R: Mira, no voy a hablar de las compañías ¨malas o pejigueras¨, pero sí voy a hablar del trato humano que AXA ha tenido con nosotros. Porque ha sido un trato muy personal y humanitario, y eso en nuestro sector no lo ves. Las personas que ejercen como jefes de proveedores se respaldan en que la culpa la tienen sus superiores, que son grandes multinacionales sin alma. Pero, son personas, como tú y como yo.
Es que, ni te lo crees. Te hacen sentir” IMPORTANTES” y valiosos para esta cadena, que a muchos se les olvida qué somos.
P: Hablas todavía en presente de tu anterior forma de vida ¿qué es lo que echas de menos de la Asistencia en Viaje?
R: ¿Yo? Todo, hasta las discusiones con proveedores, con todos. Con los buenos y con los menos buenos.
Es que, era mi pasión, era mi sueño y puedo decir que he podido vivir de mi sueño. Y es que es maravilloso ayudar a los demás, aunque te pongan a parir.
Entiendes, que cuando llegas a la situación, todo son problemas. Desde que el coche se les averió o accidentó, hasta las discusiones con las coberturas que han contratado, que la inmensa mayoría ni sabe lo que han contratado. Se dejan aconsejar por un corredor de seguros, que quizás por abaratar y captar al cliente son capaces de asegurar un camión de 6.000 kg, adaptado para pasar ITV como furgón.
Pero, a mí me encantaba. Se cargaba y se realizaba el servicio, avisando a las compañías. Y cuanto más complicado, mejor. Eran medallas que nos poníamos a nosotros mismos. Pequeños escalones de superación personal.
P: Dentro del servicio de grúa, ¿qué es lo que más te gustaba atender?
R: Iba por épocas, la oficina está bien. Pero cada vez lo ponen más difícil cerrar los servicios. Una odisea con algunas compañías. Tardabas más en cerrar el servicio administrativamente hablando que realizarlo, así que me gustaba más subirme en las grúas. Cogía las grúas y cuando necesitaba aire, para salir del estrés de los teléfonos, con servicios uno detrás de otro, hacía traslados, que son las grúas que llevan varios vehículos a la vez.
La primera vez que la cogí fue con mi padre después de varios días de conducción sin tregua, qué exagerados éramos antes. Él y yo mano a mano. Y ahora se quejan por nada.
Después me iba sola o con mi madre y mi perro. Puedo decir que me he recorrido toda España. Pero claro, sin parar a penas a mear. Asi que no he visto nada.
P: ¿Cuál ha sido el servicio de grúa que tú hubieras dicho no lo hago ni por todo el oro del mundo?
R: Tienes que lidiar primero con tus emociones y después con las que tienes delante. Acabamos todos de los nervios.
Un chico extranjero con el carnet recién aprobado, y me dice el chico que no toque el coche que soy una mujer ¡Imagínate mi cara!
Llamé a la compañía y esta le explicó al muchacho que la asistencia se la habíamos mandado, que si la quería bien y si no, tenía que pagarla él. Negándose a la carga, ya había desestimado ese servicio, por lo que no le mandarían otra grúa.
El muchacho, aceptó que una mujer le cargara su vehículo en la grúa. Pero claro, ahora el muchacho, tenía que montarse en la grúa, no le cubrían un taxi. Y le digo: bueno, ya me voy.
Se enfadó mucho porque le digo: mira eres un hombre, no puedes montarte conmigo en la grúa.
Al final me lo llevé. Pero por mí lo hubiera dejado allí.
Al final, te lo tomas a broma. Te ríes y piensas: “Gracias universo por otorgarme una educación equitativa o casi”.
P: ¿Y el servicio lo hubieras hecho sin cobrarlo y con el corazón?
R: Todos los accidentes con fallecidos. Por mucho que lo conozcas o no, es demoledor. Nunca te acostumbras.
P: ¿Por qué decidisteis cerrar?
R: Las empresas familiares no pueden subsistir, ya estamos muy quemados. Los horarios, las exigencias de las compañías, que en ocasiones han sido irrisorias, los pagos, las inspecciones. Todo es un cúmulo de miedos y problemas que no compensan. Los gastos que conlleva mantener una empresa de grúas abierta, no son razonables a las tarifas.
P:¿Qué nos puedes contar de tu nueva vida?
R: Emprendí en una tienda de comestibles en Toledo y me va bastante bien. Cierro el sábado y hasta el lunes. Mi cabeza tiene espacio para pensar, para leer, para pasear, para respirar y sentir que estoy respirando pero, sobre todo, mi gran logro es ser madre. Poder disfrutar de ella un poquito más de lo que pudieron mis padres con nosotros.
